Myanmar: La campaña contra el golpe de Estado no se detiene

A las 8 de la mañana del 1 de febrero, los militares de Myanmar dieron un golpe de estado en la capital, deteniendo a funcionarios del gobierno, entre ellos Aung San Suu Kyi y el presidente Win Myint. La presidencia cedió el poder al comandante en jefe del ejército, Min Aung Hlaing. Los militares tomaron el control de la radio, las comunicaciones, y suspendieron las emisiones de la televisión nacional. Al tiempo que interrumpieron las señales e Internet.

El 6 de febrero estalló en Birmania una protesta masiva contra el golpe de Estado, con 20.000 manifestantes que salieron a las calles de Yangon coreando «¡Dictador militar, dimisión! ¡Baja! ¡Victoria!». Los conductores que pasaban por allí tocaron el claxon para mostrar su apoyo. La policía bloqueó a los manifestantes en el cruce de las carreteras Insein y Hridan, impidiendo el paso de la marcha. En la protesta participaron miembros de 14 sindicatos. Los manifestantes  intentaron retransmitir la protesta en directo a través de los medios de comunicación tradicionales, pero se vieron obstaculizados por las restricciones gubernamentales a Internet.

La policía desplegó camiones con cañones de agua y estableció controles en las carreteras. Las manifestaciones se extendieron a Mandalay y Naypyidaw esa tarde, con manifestaciones en Mandalay que comenzaron a la 1 de la tarde. Los manifestantes marcharon en motocicletas en señal de protesta, hasta que fueron dispersado por la policía a las 6 de la tarde.
El 8 de febrero se impuso la ley marcial y el toque de queda en Yangon, Mandalay y otras ciudades importantes, prohibiendo de hecho las reuniones de más de cinco personas. Los manifestantes siguieron celebrando concentraciones masivas el día 9, desafiando la ley marcial. La policía disparó munición real y balas de goma, utilizó cañones de agua para dispersar a la multitud.