Entrevista a Eduardo Rosa

Eduardo Rosa: «Marlon Brando me ha fascinado desde que comencé a estudiar»

Eduardo Rosa es ya todo un fenómeno entre la juventud española y latinoamericana por su papel en series como ‘Presunto Culpable’ o películas, como ‘La trilogía del baztan’, producciones cinematográficas acogidas por grandes plataformas internacionales del calibre de ‘Netflix’ o ‘Prime Video’.

Pregunta: ¿cómo le surgió la idea de ser actor?

Respuesta: yo quería ser jugador de futbol de pequeño, toda la vida había tenido esa idea. Era un estudiante pésimo y en segundo de bachillerato hice una clase de expresión corporal y no me preguntes por qué me lo tomé en serio. Había que mostrar varios estados de ánimo sin hablar, en este caso rabia. Sin ninguna intención premeditada la gente se asustó bastante porque había una tensión en el ambiente considerable. Me lo empecé a plantear, nunca había tenido nada claro excepto jugar al futbol y vi que esto es algo que te permite viajar en el espacio y en el tiempo por lo que me empezó a gustar mucho y a interesar y poco a poco fui metiendo la cabeza, no fue fácil y sobre todo tampoco lo fue decírselo a la gente de mi alrededor.

P: ¿cómo le sentó a su familia ese giro?

R: yo estaba en un internado en 2012 y en verano en una playa se lo dije a mis padres y me dijeron “pero vamos a ver hijo, céntrate”. Pero bueno yo creo que cuando las cosas reamente las dices de corazón y te apasionan luchas y si tratas de llegar más allá vas consiguiendo cosas. Me metí en una escuela de teatro fui haciendo cosas y tras ver la primera nómina y que de muchísima gente había conseguido, tras numerosos fracasos, que me eligiesen, seguramente dijeron: ‘joder, quizás puede dedicarse a eso’.

P: ¿cuál es su principal apoyo personal?

R: mis padres. A día de hoy, prefiero hacer un viaje con mis padres antes que otro plan. Son las personas más importantes para mí en mi vida.

P: ¿y profesionalmente?, ¿quién es la estrella que toma como referente cuando se inicia en este ámbito?

R: el actor español con el que más me gustaría trabajar es Antonio Banderas. Internacionalmente Marlon Brando es el que más me ha fascinado desde que comencé a estudiar interpretación. Luego hay alguien mucho más cercano y que ha significado mucho para mí, que es Miguel Ángel Muñoz.

P: Miguel Ángel Muñoz fue uno de sus compañeros de ‘Presunto Culpable’, una serie que ha triunfado en América Latina. ¿Se siente identificado con Javier, el personaje que representa en la serie?

R: me siento identificado por una parte, pero por otra no, Javi es un personaje que trabaja en una escuela de surf apartado del ambiente aristócrata de su familia. Yo no hago surf, él se lleva muy mal con todos, yo soy una persona que se lleva muy bien con su familia; pero siente una adoración absoluta por su hermano mayor, bastante cercano a lo mío. Me ha gustado mucho prepararlo porque había cosas que no tenían nada que ver conmigo y es una parte del actor es generar todo eso para que sea verdad. Recuerdo estar con Miguel Ángel en la playa y hablar con él para prepararlo todo como si fuéramos hermanos de verdad.

P: el método Stanislaski es una de las metodologías utilizadas en el mundo de la interpretación, ¿utiliza alguna para meterse en la piel del personaje?

R: si, yo estudié a Chejov que es el principal alumno de Satanislaski. Por lo general yo doy a cada personaje un animal para conseguir su esencia y desde ahí humanizar. Con esto conseguimos no hacer una caricatura sino algo real y orgánico. Lo guay de ser actor no es hacerlo como a ti te salga en el momento, es estar en el aquí y ahora tratando de tener una forma de andar distinta, ni tú ni yo cogemos una botella igual. Es crear una personalidad desde cero, a partir de ti, de forma diferente, con unos valores diferentes. Procuro utilizar sabores, atices, texturas. Yo me acuerdo de estar un 27 de noviembre muerto de frio en una playa del País Vasco super nervioso y acordarse del olor a mar como algo fundamental para Javier Ariste.

P: ¿cree que ha cambiado algo desde que se ha adentrado en el mundo de la televisión y el cine y se ha convertido en un personaje público incluso internacionalmente?

R: siendo sinceros no creo que sea un personaje público. Simplemente soy actor, estoy muy orgulloso de haberlo conseguido porque yo no tenía ningún contacto, cuando he conseguido entrar en el medio ha sido por puro esfuerzo y constancia. Habré tenido también algo de suerte. La vida ha cambiado porque me puedo dedicar de lunes a viernes a lo que más me apasiona en el mundo, por eso más que por cualquier otra cosa.

P: habla usted de orgullo, pero, ¿ha sentido alguna vez miedo al adentrarse en algún proyecto?

R: miedo porque me echaran. Claro, sientes miedo porque vas subiendo de altura y te da miedo que todo lo que has conseguido y todo lo que has soñado puedas perderlo. Eso juega en tu contra porque te pone más presión de la que deberías.

P: ¿qué momento considera que ha sido el más complicado desde que comenzó?

R: probablemente ese momento en el que acabas de estudiar y te das cuenta de que la industria escoge a poca gente y que tú quieres, sin pisar a nadie, estar ahí. Creo que es una cuestión de talento, también de suerte y de estrategia, que tú te posiciones bien en el mercado. Los actores somos empresas.

P: el cine, las series, los cortometrajes, los videoclips… ¿qué género le llama más la atención a la hora de actuar?

R: me gustan los buenos proyectos, te mentiría si te dijese que me puedo plantear elegir. Realmente estoy en un punto en el que hago pruebas y tengo muchas más probabilidades de que me escojan, pero no puedo elegir el guion. Desde el punto de vista artístico me gustan los buenos proyectos. Llevo un ritmo de vida que me encanta, pero tampoco tengo mucho tiempo, por lo que sí que me tomo la licencia de elegir cuando son proyectos muy pequeñitos que no me van a pagar.

P: ¿qué aptitudes cree que son las que le han hecho llegar hasta dónde está?

R: creo que tengo muchísimos defectos, pero si tengo algo bueno es que lucho con los dientes y con muchísimas ganas por lo que me apasiona. Con 19 años decidí que me quería dedicar a esto y nunca he dejado de pelar, de insistí y no dejar que la inseguridad, la vergüenza me impidiesen hablar con determinadas personas. Cuando comencé el cortometraje ponía copas en un bar, he recogido copas y otras cosas del suelo en bares, he trabajado de camarero, en una compañía de deportes, me fui a Edimburgo y no me cogieron ni de limpia-platos. Si no tengo trabajo lo busco yo, que es lo que hice con el cortometraje, querer invertir en una historia.

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